jueves, 20 de enero de 2011

Benito Pérez Galdós

BIOGRAFÍA

Nació el 10 de mayo de 1843 en Las Palmas (Islas Canarias), fue el menor de los diez hijos del teniente coronel del Ejército Sebastián Pérez y de Dolores Galdós (hija de un secretario de la Inquisición). Cursó el bachillerato y empezó a escribir artículos para los periódicos. En septiembre de 1862 se trasladó a Madrid para cursar estudios de Derecho. Conoció el krausismo a través de Francisco Giner de los Ríos, que le presentó en la redacción de algunas revistas. Frecuentó tertulias literarias y el Ateneo madrileño. En 1868 viajó a París. Su primera novela aparece en 1867, La Fontana de Oro, influida por el estilo periodístico. Inicia la escritura de los Episodios nacionales, en la década de 1880. En 1873 comienza la publicación de sus Episodios Nacionales, con Trafalgar, que seguirán hasta 1912, cuando aparece el último, Cánovas. Fue de 1886 a 1890 diputado por el partido de Sagasta, a pesar de la oposición ultracatólica que le reprochaba haber escrito Doña Perfecta (1876), un panfleto anticlerical. Después de haber sido rechazada su candidatura unos años antes, ingresa en la Real Academia Española en 1897. Aunque fue autor de más de 20 obras dramáticas, apenas alcanzó el éxito. El estreno de su obra de teatro Electra (1901) fue un acontecimiento nacional. En 1907 regresó como republicano al Congreso, y dos años después junto a Pablo Iglesias, fue jefe titular de la "conjunción republicano-socialista". No le concedieron el Premio Nobel acaso por su izquierdismo.
VIDA SENTIMENTAL
El caso es que permaneció soltero, si bien fue asiduo cliente de amores mercenarios y tuvo una hija natural en 1891 de una madre que se suicidó posteriormente, Lorenza Cobián. También se conoce bien su relación con la actriz Concha Morell y con la novelista Emilia Pardo Bazán.

MUERTE
Muy pocos años antes de la muerte de don Benito, un periodista averiguó por esto su precaria situación económica y la hizo pública, con que se suscitó un movimiento general de vergüenza, simpatía y piedad(...). A principios de mes acudían a casa de don Benito, o bien le acechaban en las acostumbradas calles, atajándole al paso, copiosa y pintoresca colección de pobres gentes, dejadas de la mano de Dios; pertenecían a ambos sexos y las más diversas edades, muchos de ellos de semblante y guisa asaz sospechosos; todos, de vida calamitosa, ya en lo físico, ya en lo moral, personajes cuyas cuitas no dejaba de escuchar evangélicamente(...). Don Benito se llevaba sin cesar la mano izquierda al bolsillo interno de la chaqueta, sacaba esos papelitos mágicos denominados billetes de banco, que para él no tenían valor ninguno sino para ese único fin, y los iba aventando. Murió(ciego, pobre, seníl, sifilítico) en su casa de la calle Hilarión Eslava de Madrid el 4 de enero de 1920. El día de su entierro, unos 20.000 madrileños acompañaron su ataúd hacia el cementerio de la Almudena (zona antigua, cuartel 2B, manzana 3, letra A).

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